Hoy vamos a hablar del sabor del agua y como podemos a través de tres fases identificar sus diferencias.
Se he dicho que el agua es un líquido incoloro, inoloro y sinsabor. Esto no es aplicable a las aguas minerales ya que, dependiendo de la mineralización de cada agua, esta tendrá un sabor u otro. Cuanto más fuerte sea la mineralización más acentuado será el sabor equivalente a tal mineralización. La mineralización débil, por ejemplo, se caracteriza por tener un sabor más neutro y equilibrado. Un agua con cloruro y bicarbonato sódico tiene un gusto ligeramente salado. Si, por el contrario, tiene muchos sulfatos, el sabor será más amargo.
Todas las aguas minerales tienen una composición ligeramente diferente y por lo tanto un sabor distinto dependiendo de la fuente de donde provienen. Es por eso que determinadas personas sienten preferencia por una determinada agua por encima de la otra.
En adición, y como consecuencia del proceso que se le hace al agua OHRA se genera un efecto de potenciación de calidad organoléptica del agua. El efecto no está en potenciar los sabores, sino en favorecer la absorción de minerales tan importantes como el magnesio, y, sobre todo, en mejorar la percepción de suavidad y frescura en el toque con la lengua y en el paso por el tracto esófago faríngeo que le permiten mejor fluidez al deslizar.
Para decidir sobre las características organolépticas de un agua, se debe confirmar las siguientes percepciones sensoriales, las cuales varían de persona a persona según la naturaleza de cada individuo, sus hábitos alimenticios, y su fisiología particular.
- Fase visual: en esta primera etapa, valoramos la transparencia, el brillo, la fluidez y la limpieza. La limpieza se valora viendo si moviéndola deja algún rastro. En el caso de las aguas con gas, miramos la intensidad de la efervescencia.
- Fase olfativa: en esta fase podemos oler aromas agradables o desagradables como la suciedad o el hierro. Sin embargo, lo más normal es que el agua nos transmita olor a fresco y limpieza. Algunos de los olores que podemos percibir son: cloroso (característico de las aguas del grifo) o ferroso (típico de aguas manantiales).
- Fase gustativa: esta es para muchos la mejor parte porque es cuando puedes probar el agua. En esta fase es importante identificar sabores: ácido, amargo, dulce o salado. El sabor dulce es típico de las aguas sin gas, el salado de aquellas que tienen gran cantidad de sodios, cloruros y carbonatos. Las aguas con sabor amargo son aquellas que proceden de tierras con abundante hierro y las ácidas suelen ser las que llevan gas.
Más adelante les contaremos como hacemos una cata con diferentes tipos de agua y como también esta influye cuando la combinamos con destilados y café.
